Ofelia Tejerina: «Sin privacidad no hay seguridad».

Ofelia Tejerina es Abogada, Máster en Derecho Informático, Doctora en Derecho Constitucional por UCM, y doctoranda en U. Pontificia Comillas. Es presidenta de la Asociación de Internautas y una de las expertas que trabaja con el Gobierno en la elaboración de la Carta de Derechos Digitales. 

¿Qué es la Carta de Derechos Digitales y cuál es su propósito?

La Carta de Derechos Digitales es un documento que viene a reconocer la necesidad de interpretar la normativa vigente en España, el Derecho interno, a la luz de los avances digitales a los que estamos siendo sometidos. Esto significa que nuestros derechos, ya existentes como ciudadanos, tienen que ser interpretados, aplicados y garantizados por las instituciones españolas. Conforme a su desarrollo, conforme a su ejecución, a su efectivo ejercicio en el entorno digital. Por lo tanto, no hablamos de un reconocimiento de nuevos derechos, sino de su ejecución, su libre ejercicio y efectivo ejercicio con garantías en el entorno digital. En ese sentido hay mucha gente que ha pensado que venía a hacer una nueva norma de carácter vinculante, no. Esto lo que hace es orientar al legislador, orientar a quien aplica las normas, orientar a las Administraciones Públicas sobre cómo se deben entender las garantías de los ciudadanos en el contexto digital.

¿Podemos suponer que hasta la elaboración de las Cartas Digitales éramos vulnerables en materia de derechos digitales?

Si no estamos ante una norma de carácter vinculante sino de carácter orientador y de ayuda en la interpretación de las normas del derecho interno, no podemos decir que antes no existieran los derechos digitales. Existían, lo que ocurre es que hay que ir poniéndolos en orden y hay que ir reconociendo las aristas que necesitamos pulir para que los derechos de los ciudadanos sean efectivos también en el contexto digital. Por ejemplo, no es lo mismo el secreto de las comunicaciones cuando hablábamos de las llamadas de teléfono, que el secreto de las comunicaciones cuando hablamos de un correo electrónico cuando hablamos de la mensajería privada como WhatsApp. No es lo mismo hablar de la educación en un contexto analógico que de la educación con las pantallas, hay que conocer cómo funcionan. Los sistemas digitales pueden desprotegerlos al igual que pueden tener riesgos para nosotros; podemos pedir ayuda, etcétera, etcétera. Entonces, no es que antes fuéramos más vulnerables, sino que a partir del momento en el que se reconoce una Carta de Derechos Digitales podemos exigir de una forma más eficiente que la administración pública, las instituciones, el legislador, en definitiva, el Estado de Derecho, nos proteja también en el entorno digital.

Hablando de la defensa de las libertades, de privacidad, etc. ¿Protege y fomenta estos derechos? ¿O se trata de una Carta que intenta contener el gran avance de las nuevas tecnologías y de la Inteligencia Artificial?

La Carta fomenta un desarrollo responsable de la tecnología. Si la tecnología va avanzando al ritmo que la imaginación, que la tecnología que la capacidad de los tecnólogos nos permite, sin pensar y reposar en los riesgos a los que nos puede llevar, entonces la tecnología no es un progreso, es un atraso, porque la tecnología se tiene que desarrollar en términos de eficiencia, más beneficios que riesgos y por el hecho de que sea muy cómoda, muy útil y muy rápida, no significa que nos dé beneficio, sino que cuando tenemos toda la casa conectada, por ejemplo, la vulnerabilidad de nuestra casa para el acceso también es más grande. Si todo lo tenemos conectado de nuestra vida y expuesto en las redes, también tenemos muchos más riesgos que nos pueden afectar en el futuro. Por lo tanto, no se puede hablar de freno, sino de desarrollo responsable, pensado y reposado para que, efectivamente, la tecnología sea un progreso y no un atraso.

«No es lo mismo el secreto de las comunicaciones cuando hablábamos de las llamadas de teléfono, que el secreto de las comunicaciones cuando hablamos de un correo electrónico cuando hablamos de la mensajería privada como WhatsApp.»

¿Disponemos de una regulación suficiente para poder hacer cumplir los derechos digitales?

Por supuesto que disponemos de regulaciones suficientes, disponemos de instituciones, disponemos de procesos reglados para llevar adelante cualquier tipo de reclamación y además contamos con la tecnología. También ese avance nos permite que estos procesos sean más rápidos y más eficientes en la protección y garantía de los derechos de los ciudadanos. La inteligencia artificial también aporta muchas facilidades. El algoritmo para detectar ilicitudes y para proponer soluciones también es útil. ¿Qué es lo que ocurre? Que no tenemos suficientes recursos materiales para garantizar la corrección de errores, para garantizar las lesiones que se provocan cuando no se utiliza bien la tecnología y en ese sentido, tenemos que adaptarnos también. Si no tenemos suficientes recursos como para que la policía persiga todos los delitos que se cometen en Internet, que las empresas puedan frenar todos los ciberataques que las Administraciones Públicas no puedan promover acciones que faciliten a las empresas y a los ciudadanos el ejercicio de los derechos, pues entonces hablaremos de papel mojado. Pero la realidad que es que en la legislación tenemos de sobra y, además, si la interpretamos conforme se desarrolla el mundo digital, podremos hablar de lo que decía al principio: no hay derechos nuevos, sino garantías que tenemos que adaptar.

¿La reciente irrupción de algunas herramientas IA hace que se plantee mover la hoja de ruta?

La IA está abriendo un nuevo camino que hasta el momento no creíamos que fuera tan fácil poner al servicio de un usuario de forma tan rápida. Esto hace que los usuarios recojan esta tecnología, la quieran utilizar y usar sus ventajas, sin sopesar los riesgos a los que también se exponen. Y en ese sentido, la hoja de ruta tiene que ser rápida y eficiente, en el sentido de poner límites al mal uso de la tecnología. Esto no es nuevo tampoco, dado que está reflejado en el artículo 18.4 de la Constitución Española.

«No hay derechos nuevos, sino garantías que tenemos que adaptar.»

¿Cómo cree que está actualmente funcionando la sociedad y su responsabilidad civil ante las IA?

Los ciudadanos no son conscientes en absoluto de la IA a día de hoy. ¿Qué es lo que puede hacer? Por una parte, tiene una idea muy futurista que creen que no está al servicio del ciudadano hoy en día, y por otra vemos el desarrollo, por ejemplo, del Chat GPT, que permite a alumnos hacer los trabajaos de una forma muy rápida y muy sencilla. No acabamos de conciliar esta idea hollywoodense con lo que tenemos a nuestra disposición a día de hoy. Incluso, hay gente que no es consciente del deep fake, que puede suplantar nuestra vida en el mundo digital. Algo de lo que no nos damos cuenta.

¿Existe equilibrio entre privacidad y seguridad? ¿Considera que la seguridad es una contrapartida?

Los juristas solemos hablar del falso dilema entre seguridad y privacidad. Si dejo mi privacidad en manos de un gobierno o de una empresa, porque me van a procurar mucha seguridad si saben mucho de mí, en realidad me estoy convirtiendo en un ser vulnerable: porque saben todo de mí. Por lo tanto, no me pueden decir que si yo cedo parte de mi privacidad voy a tener más seguridad, porque es todo lo contrario, me dejan totalmente desprotegida y en manos de cualquiera que observando mi comportamiento y cómo me muevo en sociedad, puede conocer lo que puedo oír y enviarme mensajes que condicionen y manipulen mi voluntad. Y al final actuaré como ellos quieren que actúen. Pueden conseguir que el ciudadano esté completamente manipulado y no solo para la compra de productos, sino también para las votaciones en un sistema electoral.

¿Qué papel tendrá España en el desarrollo de los derechos digitales bajo su Presidencia en el Consejo de la Unión Europea?

El Gobierno ha tenido gran interés en que esta Carta de Derechos Digitales pudiera ser una realidad en España, y ahora, además, que contamos desde finales del año pasado con la Declaración de Derechos Digitales de la UE, no va a haber ningún problema en conciliar ambos documentos, continuar promoviendo cualquier acción que permita los derechos de los ciudadanos y conciliarlo con la tecnología de una forma coherente y eficiente. Por ello, entiendo que esto supondrá un avance, un gran impulso y, espero, que todo esto se realice de forma muy responsable.

Luis Miguel Tigeras Sierra
Graduado en Administración y Dirección de Empresa, formado como agente cultural y como experto profesional en Gestión y Creación de Librerías. Actualmente es gerente de Librería-Editorial Dykinson y director de Encuentros Dykinson.

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