Cultura y periodismo en un mundo digital, por Preslava Boneva

El periodismo cultural ha tenido continuamente un peso relevante en nuestros medios de comunicación. Es un periodismo especializado pero también muy diverso en sus ámbitos de actuación. ¿Qué entendemos por «periodismo cultural»? ¿Es la crítica de obras artísticas? ¿Son las reseñas de libros? ¿Es cubrir los organismos culturales públicos?  La respuesta es mucho más extensa que un simple «sí», porque el periodismo cultural abarca eso y mucho más. En su libro Una crónica del periodismo cultural, el periodista Sergio Vila-Sanjuán lo define así: «Entendemos de forma pragmática por periodismo cultural el que se ocupa de difundir las actividades habitualmente consideradas culturales: literatura, pensamiento, artes plásticas, arquitectura, teatro, música, danza, cine, televisión… También incluimos la información que aborda de forma más genérica cuestiones relacionadas con las industrias creativas y con el patrimonio histórico». En los medios de comunicación escritos el periodismo cultural ha tenido reservado su espacio desde siempre y se le ha concedido cierta importancia a la difusión de los productos sobre artes y humanidades.

Sin embargo, es interesante reflexionar sobre el futuro de este tipo de periodismo, pues cada vez hay menos espacio disponible para la sección de reportajes en la prensa escrita generalista. Al fin y al cabo, la labor de prensa y relaciones públicas de la mayoría de las instituciones culturales persigue el objetivo de estar lo más presente posible en las secciones de cultura y así tener más visibilidad. Esto es cada vez más difícil con la lenta desaparición de la información cultural. «Estar presente» significa que el propio acontecimiento artístico sea reseñado por un crítico de ese ámbito. Con el tiempo esto resulta más complicado porque el espacio es cada vez más escaso y solo los grandes acontecimientos siguen recibiendo una mención. En un principio ­–con Heinrich Heine a la cabeza– la crítica era considerada una forma de arte por derecho propio y era, por tanto, un factor decisivo en la calidad de un periódico, hoy en día la sección de arte se considera a menudo un apéndice. El interés decreciente, por un lado, y los elevados costes, por otro, son la causa de esta evolución.

El periodismo cultural ha cambiado en las últimas décadas y se ha adaptado a los nuevos formatos de la era digital. Con la llegada de Internet está viviendo una gran transformación a la que se ha ido adaptando y ya ocupa su sitio también en los diarios digitales, las webs y los blogs culturales.  Aunque Internet no es el desencadenante de esta evolución, ha acelerado este proceso, y la importancia de los medios impresos ha disminuido considerablemente desde entonces. La presión económica a la que se enfrentan los editores y la incapacidad de desarrollar nuevos modelos de negocio no ha sido buena para la información sobre arte y cultura, al menos en la prensa escrita.

Al mismo tiempo surge la paradoja de que nunca antes habíamos podido leer tanto sobre información cultural. En lugar de abrir el periódico y buscar en qué páginas se informa sobre arte y cultura, hoy tenemos a nuestro alcance muchas revistas y suplementos que se dedican a difundir este tipo de periodismo. También hay que ir en busca de los periodistas. Ya no están necesariamente vinculados a un periódico, sino que cada vez, con más frecuencia, van por libre. Asimismo, esto deja claro que la profesión de periodista ha cambiado y se ha desarrollado de forma más libre pues el redactor puede colaborar con muchos medios a la vez, aunque económicamente esta forma de trabajo sea todavía muy precaria.  

En una entrevista, el filósofo Emilio Lledó, considerado por muchos como «el sabio oficial de España», sostiene que en tiempos de disponer de tantos medios de conocimiento e información «lo importante es crear libertad intelectual y capacidad de pensar». Por ello, es muy importante apostar por una sección cultural de peso relevante en un periódico. Sin cultura no hay educación y esta es la base fundamental de una sociedad. Un periodista cultural se dedica a hacer justamente lo que dice Lledó: Intentar desarrollar el pensamiento propio en el lector a través de la exposición de arte, música o literatura, etc. El trabajo de este no es solo exhibir, sino también indagar en la siguiente capa, que sería analizar e interpretar y situar una reflexión en el aire que haga pensar al lector.

Preslava Boneva
Periodista. Amante de la literatura y de la ópera. Se dedica a escribir sobre temas de la esfera cultural y tiene un proyecto llamado «Estación de cultura» en el que se reseñan libros y hablan de sucesos culturales.
RRSS: @BonevaPreslava

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