En el Día Internacional de la Mujer recordamos a María Telo: jurista y feminista española

María Telo fue la mujer que lideraría la lucha contra la discriminación jurídica de las mujeres, durante la dictadura franquista y los años de transición, además del principal referente del feminismo español a nivel internacional. Revolucionaria, activista y, sobre todo, pionera en la lucha por los derechos de las mujeres. Su principal propósito fue la reforma del Código Civil.

La importancia de la figura de María Telo

Nació en 1915 durante la monarquía de Alfonso XIII, en la que las mujeres no tenían acceso a oposiciones de notarías. Con la II República llega el sufragio universal masculino y femenino, y el acceso a las oposiciones, pudiendo iniciar sus estudios. Sin embargo, la llegada de la Guerra Civil cambia de nuevo la situación.

No es hasta 1944 cuando pudo realizar las oposiciones al Cuerpo Técnico de Administración Civil del Ministerio de Agricultura. Junto con el resto de licenciados de derecho, Telo indicó que: «Se me asfixiaba, se me quería obligar a realizar labores auxiliares». Para no renunciar a su objetivo, en 1952 decide acceder al libre ejercicio de la profesión al darse de alta en el Colegio de Abogados de Madrid.

En un intento de conocer la situación jurídica de las mujeres en otros países, pensando especialmente en el caso español, en 1956 empieza a formar parte de la Federación Internacional de Mujeres de Carreras Jurídicas (FIMCJ). Lo que supuso el principio del cambio.

El cambio

El siguiente paso sería organizar el primer Consejo en España de esta Federación en 1969. Bajo el nombre de la mujer en el derecho civil, en las sesiones abiertas, María Telo pudo plantear la revisión de cuatro aspectos del Código Civil que limitaban la capacidad jurídica de la mujer considerablemente y ponían en evidencia su inferioridad: La licencia marital, la patria potestad de la madre, la administración y disposición de bienes en el matrimonio y la mayoría de edad en edad en la mujer soltera.

Fue en este punto cuando se inició la promoción para la reforma del Derecho de Familia. El éxito del Consejo fue rotundo, vinieron delegaciones de 60 países, incluidas las de los países del Este. Los medios de comunicación se volcaron, pues en España era una novedad ver a tantas mujeres profesionales del derecho juntas.

Inmediatamente después, María Telo crearía la Comisión de Estudios dependiente de la FIMCJ. El objetivo era el estudio de las conclusiones acordadas en el Consejo. Se realizó un dossier con las ponencias y sus conclusiones y se llevó a las autoridades en materia jurídica. Al poco tiempo, crearía la Asociación Española de Mujeres Juristas (AEMJ) con el objetivo de estudiar el derecho haciendo hincapié en lo que refería a la mujer o a la familia; de igual manera promovió la mejora y adecuación de las leyes y la promoción de la mujer en ámbito profesional.

Germen del cambio en el Código Civil

Desde la AEMJ presentaron una solicitud para la incorporación de la mujer en la Comisión General de Codificación, siendo el máximo órgano consultivo del Ministerio de Justicia desde su creación, por el Real Decreto el 19 de agosto de 1843. Las mujeres querían tomar partido en los estudios de la reforma que se estaba anunciando.

Se comunicó la creación de una sección especial donde se llevaría a cabo el estudio de las incidencias que los cambios sociales podrían haber producido en cuanto a derecho de familia, formulación y sus correspondientes propuestas. Esto tuvo lugar el 23 de diciembre de 1972, cuando María Telo fue nombrada, junto a otras tres compañeras, Carmen Salinas Alfonso, Concepción Sierra Ordónez y Belen Landáburu, parte de la comisión.

El resultado fue la Ley 14/75 de 2 de mayo de 1975, en la cual se le otorgaba a la mujer la capacidad plena de obrar, ya que se eliminaba la obediencia al marido por ley, la licencia marital y, de igual manera, las discriminaciones por sexo, así como la administración conjunta de los bienes gananciales y la patria potestad conjunta.

Su figura en la lucha feminista

María tenía muy claro cuál era su lucha y qué era lo que quería: «Cuando en septiembre de 1969 yo inicié la lucha por liberar a la mujer de las cadenas jurídicas, su situación era tan vejatoria y alienante dentro de la familia, con proyección en lo público, que había artículos como el 1263, que situaba a la mujer casada entre los menores, los locos o dementes y los sordomudos que no sabían leer ni escribir. El artículo 57 obligaba a la mujer a obedecer al marido y la licencia marital era como su sombra para todos los actos de la vida. Sin licencia, prácticamente, la mujer solo podía hacer testamento».

Hasta esa ley de 1975, la mujer casada no era legalmente persona. De esta forma que las españolas casadas llegaron a la mayoría de edad jurídica gracias a ella. «Fue esta Ley de 1975 la que al borrar gran número de discriminaciones dejó el camino libre para luchar sin cortapisas por: la administración conjunta de los gananciales y el ejercicio, por ambos padres, de la patria potestad. Esta segunda reforma junto con las distintas clases de matrimonio y el divorcio, fue recogida por las Leyes de 13 de mayo y 7 de julio de 1981, con lo que la igualdad jurídica entre hombre y mujer quedó lograda».

El detonante de su ambición

En las palabras de María encontramos la respuesta: «Después del ingreso en la universidad, mi vida ya no fue la misma. Al conocer tan directamente la situación jurídica de la mujer dentro del Código Civil, me sentí tan humillada, tan injustamente tratada, tan vilipendiada, tan nada, que ninguna explicación ni histórica, ni jurídica, ni religiosa, ni humana podían convencerme de que yo exageraba».

El desarrollo y del concepto de igualdad de derechos para la mujer ha sido una tarea ardua y larga llevada a cabo por innumerables mujeres en distintos ámbitos de actividad a lo largo de la historia. El caso de María Telo es ejemplar por su tenacidad, valentía, constancia y eficacia, sorteando los distintos obstáculos de una sociedad anclada a costumbres atávicas que no dejaba participar a la mujer en plenos derechos y libertades.

María, con la complicidad de muchas otras mujeres juristas, abrió cauces, derribó tabúes, se reveló contra la sociedad de su tiempo en cuanto a derecho de familia, mostrando dicha sociedad tal y como era: injusta y humillante con la mujer casada. 

Su obra

Mi lucha por la igualdad jurídica de la mujer, publicado en 2009 es una llamada de atención para los hombres y mujeres de la España «del mañana», un ejemplo a seguir en la tarea inexcusable de trabajar por un futuro mejor, además del testimonio memorialístico de una mujer valiente en una época oscura pero satisfechamente superada.

Claudia Dorado Ramírez
Estudiante de Historia y Periodismo en la Universidad Rey Juan Carlos.

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