La palabra «educación» procede de los términos latinos educere o educare. El verbo latino educere significa «conducir fuera de» o «extraer de dentro hacia afuera», en este sentido la educación es entendida como el desarrollo del potencial del sujeto basado en la capacidad que tiene para desarrollarlas.
Sin embargo, definir el término educación no es tan sencillo ya que está compuesto por múltiples conceptos tales como enseñanza, aprendizaje, condicionamiento u adoctrinamiento. La educación no es una única actividad sino el conjunto de varias.
Con motivo de la Semana de Educación aprovechamos para recomendar varios libros publicados en los últimos años, en los que el término y el concepto bailan en torno a las variables posibles de esta.
En primer lugar, la obra Participación ciudadana, redes sociales y educación para el siglo XXI, coordinada por profesores de la Universidad Rey Juan Carlos, recoge en once capítulos la participación ciudadana y su interacción con las redes sociales desde la democracia como marco de referencia.
Reflexiona sobre el papel fundamental que juega la juventud y pone en cuestión su educación. El capítulo 4: «Educación para la participación democrática y el uso responsable de la tecnología: construcción de la competencia crítica en contextos educativos de libertad de pensamiento y de acceso a la información», escrito por Emilio José Delgado-Algarra de la Universidad de Huelva, trata la transformación del modelo docente hacia un concepto de una educación que garantice el derecho a la libertad de pensamientos, expresión y acceso a la información, para que de manera autónoma y sin coacción asuman la responsabilidad de analizar, reflexionar y decidir sobre la fuente más verosímil. Pasando de un modelo convencional en el que el docente actúa como transmisor del conocimiento a uno alternativo en que el que actúa como guía del proceso de enseñanza-aprendizaje. Con el fin de que el alumno desarrolle una conciencia crítica, el capítulo presenta la importancia de la generación de debates, espacios de pluralidad y construcción de conocimientos y planificación.
Se ha de generar un clima de confianza; plantear debates donde se puedan asumir diferentes posiciones y exista una verdadera discusión; para que construyan sus respectivos argumentos en base a datos y a la ciencia; animar al alumnado a cuestionar y contrastarla información, independientemente de la fuente o de que esta se contradiga; enseñar sobre la posibilidad de que un estudiante pueda cambiar o matizar una posición propia durante el desarrollo de un debate en las condiciones antes mencionadas, lejos de ser un síntoma de debilidad.
En esta línea, el capítulo 8: «Propuesta de innovación para una educación democrática», entre otros, plantea un nuevo modelo de educación democrática complementario.
La siguiente recomendación es Historia de la Educación española de las personas sordas en el siglo XIX. Comienza la obra afirmando que la educación es un faro hacia el conocimiento, en esta se entrelazan una heterogeneidad de hilos de diferentes texturas, esta obra trata de desenredar: de explicar uno de esos hilos.
Fue hacia el siglo XVI cuando se llevó a cabo una experiencia educativa real gracias al decidido esfuerzo del benedictino Fray Pedro Ponce de León, en el Monasterio de San Salvador de Oña, donde se hizo cargo de diferentes discípulos sordos provenientes de familias nobles. En la España del siglo XVI, se distinguían dos tipos de «sordomudos»: los sordos a nativitate, es decir, los que eran sordos de nacimiento, y los sordos ex accidente, aquellos que habían adquirido la sordera posteriormente.
En esta obra se encontrarán además la implicación e importancia de personajes como Juan Pablo Bonet, Lorenzo Hervás y Panduro o Thomas Hopkins Gallaudet en la proyección educativa, la importancia del siglo XIX en España y en el desarrollo de la enseñanza sordomuda o las escuelas e instituciones para ello.
Otro libro recomendado es Educación y didáctica: hacia una ampliación de canon en las aulas, una colección de textos que tratan temas muy diversos entre sí y ofrecen al lector una mirada completa en la que hallamos el papel de la mujer y la representación de las masculinidades en la literatura juvenil contemporánea; la aproximación al amor lésbico en la escritura de Lin Bai; escritoras checas de la literatura infantil y juvenil después del dos mil o la narrativa de Elvira Lindo más allá de Manolito Gafotas.
Entre ellos, encontramos la exposición de Mary Ward, una visionaria del siglo XVII que desafió las normas de su época al fundar una red de escuelas que priorizaban la formación de las mujeres. Su legado trasciende el tiempo y sigue siendo una inspiración para aquellos que buscan promover la igualdad y el acceso equitativo a la educación.
Por último, hablaremos de Propuestas de investigación educativa, conformada por un conjunto de estudios en lo que se analiza la aplicación de las nuevas tecnologías en la educación, no como teoría sino como realidad.
Hemos querido reseñar el capítulo que hablar de «TIC para la igualdad de género: uso de TikTok en la educación formal como herramienta de educación en valores», donde concluyen que es posible la utilización en educación formal de aplicaciones como TikTok ya que es motivacional y fomenta el uso responsable. Sin embargo, es difícil ya que los jóvenes no identifican de manera clara la desigualdad, la misoginia y el machismo existentes en dicha aplicación, por lo que es necesario una alfabetización mediática. Nos hablan de los riesgos, no solo del abuso de la red, sino del mal uso de la misma. Al final del estudio encontramos una propuesta didáctica para tratar de llevar a cabo una lectura crítica de los contenidos que consumen.
Los tiempos cambian y con ellos las formas de enseñanza deben adaptarse a ellas, con el fin de formar a las generaciones futuras. Michel Foucault decía que no hay nada dado y que todo hay que construirlo: como el conocimiento, cuna de información, crítica y poder.