Dentro del marco del Primer Congreso de Abogacía con Alma, realizado en Gandía gracias a la abogada Ana Almiñana, hablamos con Achaít Díaz, abogada de Familia y protección a la Infancia. Ex Defensora pública de la infancia en Venezuela, actualmente es socia ejecutiva de la firma de abogados Se Habla Derecho y cursa un Máster de derecho de extranjería.
En este Primer Congreso de Abogacía con Alma, Achaít Díaz habló desde el título: El eslabón secreto en la evolución de la abogacía sobre «el Derecho y el manejo de nuestras emociones a través de la inteligencia emocional, no solo desde el punto de vista personal, sino desde el punto de vista del cliente».
Comentó que ese eslabón escondido, se llama persuasión, «y a través de ello y de técnicas basadas en manejo de emociones, podemos conseguir que nuestros clientes se sientan seguros y conforme con el servicio jurídico que le se le brinda».
Hace tan solo unos días recordamos que el bullying y el acoso infantil está arrebatándonos más vidas que nunca, Internet mediante. Como especialista en la protección del menor, ¿cómo podemos mejorar esta situación?
Casualmente hace poco he leído sobre el bullying. Los niños no tienen la capacidad de manipular, por lo que el bullying viene desde los adultos. Nosotros le enseñamos a los niños buenos valores, buenos principios y esa inclusión entre todos, desde el respeto y del amor. Para eliminar o poder mejorar esta situación habría que revisar los valores de casa: el amor, el respeto y saber que el niño tiene su propia personalidad, tiene sus propias emociones, sus propios sentimientos. Es muy importante darse cuenta de que ellos también sienten, no solo los padres y los adultos en general.
¿Cómo se trata desde un despacho de abogados a niños y familiares que sufren este acoso?
El bullying debe ser considerado un delito, pero cada abogado tiene que desarrollar su propia estrategia y desenvolverse en su especialidad en relación al maltrato o acoso que reciba el infante o adolescente. Aún así, no olvidemos que también existen otros profesionales muy importantes especializados en el manejo de este tipo de situaciones de acoso que puede llegar a tribunales, como son los psicólogos y psiquiatras
Bajo mi criterio, si un niño es víctima de bullying hay que denunciar.
¿Cuáles son las labores de una defensora pública del área infantil juvenil?
Ser defensora pública del menor ha sido uno de los mejores trabajos que he tenido. De hecho, la defensa pública me ha enseñado casi el 80% de lo que sé actualmente. En cuanto el derecho de protección en Venezuela, lo que hacemos allí es proporcionar asistencia a las personas que no tienen defensa. Esto lo hacemos de manera gratuita, obviamente un defensor público está adjunto al Estado, es como decir un abogado de oficio, acá en España. Entonces, damos esa representación jurídica y de manera gratuita a las personas que no tienen los ingresos para pagar un abogado privado. Actualmente no soy defensora pública, lo fui durante mucho tiempo.
«El bullying debe ser considerado un delito.
¿Crees que los abogados más jóvenes están formándose con lenguaje claro y en la aplicación de la asertividad para eliminar “la poca empatía” de la que muchos abogados son tachados?
El derecho deviene del Derecho Romano, por lo tanto hay mucha historia y jerga jurídica que no creo que sea muy fácil de modificar. Lo que sí creo es en que los abogados expandamos nuestra mente, investiguemos en nuestro cerebro y no nos quedemos únicamente con lo aprendido en la Universidad, ni en las prácticas, sino ir más allá, usar todo el conocimiento tanto emocional como asertivo. Recomiendo aprender oratoria, aprender a comunicar. Porque aunque el contenido sea el mismo, nosotros podemos ser el filtro para los demás. La responsabilidad es nuestra. La responsabilidad de que ese lenguaje sea asertivo, fresco y menos complicado depende del abogado como tal.
En este Primer Congreso de Abogacía con Alma has hablado de las emociones espejo y de neurolingüística, ¿cómo creas emociones positivas con el cliente para que todo fluya?
Hay que recordar que la abogacía es una profesión. La abogacía es lo que yo hago como persona, pero antes de ser de ser abogado, soy persona. Entonces, cuando yo comienzo a empatizar con el cliente y verlo como persona, y esa persona está acudiendo a mí a que yo le resuelva un problema, la visión cambia. El objetivo va a ser el mismo, el conocimiento va a ser el mismo, pero la manera de comunicar y de empatizar con el cliente va a depender mucho de la personalidad. ¿Por qué? Eso de ser un abogado cascarrabias o un abogado busca-ruidos quedó atrás. Es una realidad que nuestra generación está muy vulnerada emocionalmente hablando y no buscamos otras personas que nos hagan sentir peor, sino personas que sumen tanto en lo profesional como en lo personal. Por lo que ese lenguaje positivo se aprende pero antes de aprenderse tiene que incentivarse desde la esencia de la educación.
«Recomiendo aprender oratoria, aprender a comunicar. Porque aunque el contenido sea el mismo, nosotros podemos ser el filtro para los demás. La responsabilidad es nuestra.
¿Con qué te quedas de este primer Congreso de Abogacía con Alma?
Primero de todo, me encanta primero el uso que se le ha dado a la palabra disruptivo. Y segundo, las ponencias han sido totalmente increíbles, fuera de lo común.
Entonces me quedo con algo de lo que precisamente conversaba antes de acudir al congreso. Me preguntaron cuál es la mejor versión de mí, y aquí descubro que no tenemos mejores versiones, o sea, la mejor versión es un camino, no un destino. Lo que me ha dejado entonces el congreso es confianza en mí misma y la visión de que cada vez podemos ser mejor, dar un paso más allá.
¿Qué libros recomiendas para nuestros lectores?
Encuentra tu persona vitamina, de Marian Rojas Estapé. Actualmente estoy leyendo el de Resetea tu mente de Mario Alonso Puig. Luego quiero citar otro del mismo autor que se llama Vivir es un asunto urgente.