Primeras navidades en familia tras un divorcio

Un divorcio o separación siempre conlleva una enorme carga emocional, no sólo para los hijos sino también para los propios padres. Y es que las vacaciones de Navidad de los menores a menudo suelen ser foco de conflicto en relación con la partición de estas, siendo necesario en situaciones como las festivas fijar de una manera justa y lógica qué días le corresponden a cada uno.

La mayoría de los abogados especializados, y los Juzgados de Familia, tendemos a dividir en dos el periodo navideño del menor, de modo que un progenitor disfrute desde la salida del colegio hasta el 30 o 31 de diciembre (incluyendo Nochebuena y Navidad), y otro desde esa fecha hasta el inicio de las clases (incluyendo Nochevieja y Año Nuevo) alternando dichos periodos al año siguiente y siempre salvaguardando la posibilidad de que ellos, de mutuo acuerdo, adopten otras medidas distintas y más adecuadas para sus hijos.

En lo referente al día de Reyes, al ser una fiesta principalmente destinada a los más peques, en función de la edad y de las tradiciones de cada casa, se puede dividir también en dos a fin de que ambos puedan celebrar con su hijo un día tan señalado y entregar los regalos que les han dejado «sus Majestades».

Sin embargo no todos son leyes, normativa o jurisprudencia, y más allá de lo señalado en la sentencia o el convenio regulador, los propios padres deben velar porque sus hijos no se vean perjudicados en un periodo tan especial para ellos. Para ello, siempre es recomendable, en la medida de lo posible, fomentar y permitir las comunicaciones, en especial en los días más señalados como son Nochebuena, Navidad o Año Nuevo, pues sólo así podremos lograr que el niño, más allá de lo evidente, no sienta tristeza o desasosiego por no tener presentes a sus dos progenitores en estos días.

Asimismo, igual de importante es mantener las tradiciones de los pequeños (cenar juntos, abrir los regalos o incluso ir a la cabalgata) y permitir el contacto y comunicación con otros miembros de la familia, pues si algo nos enseña la Navidad es precisamente la importancia de mantener y fortalecer los vínculos familiares.

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