Propósitos de lectura o cómo leer durante el 2023

Desde siempre, los lectores más voraces han realizado múltiples listas de lectura. Antes se mantenían en privado en diarios o cuadernos, después, con la llegada de Internet, se publicaban en listas a través de medios como blogs, fotologs, listography, y un largo etcétera. Desde la llegada de las Redes Sociales, raro es el día que no se recomiendan decenas de libros o vemos cómo los nuevos llamados bookstagramers (aquellos que hablan de libros en Instagram) devoran un libro tras otro. Esto es reforzado por una aplicación llamada Goodreadsen la que se dispone de una biblioteca digital en la que guardar libros por categorías, leídos y por leer, y donde además se puede compartir todo este movimiento digital literario con amigos y seguidores, para ver lo que leen, añadirlo a nuestra propia librería, comentar acerca de sus lecturas o valoraciones, y, sobre todo: ver cuánto leen.

Pues una de las cosas negativas que Internet, y en especial este tipo de aplicaciones o Redes Sociales, propicia es la competición o la autoimposición de cosas que lograr en una franja de tiempo predeterminada (habitualmente autodeterminada bajo la mirada de la otredad).

A raíz de esto, es de vital importancia comenzar el año animando a la lectura (¡y a la lectura sana!) a todos los jóvenes y no tan jóvenes, algo que editoriales, librerías, autoras y autores y, sobre todo, lectores/bookstagramers han hecho desde el inicio del año.

Tomamos por ejemplo las palabras de dos jóvenes procedentes de Córdoba y Granada (Manuel y Alicia), graduados en Filosofía, y con una cuenta de Instagram en la que difunden no solo sus gustos por la literatura, sino también arte y filosofía contemporánea:

Manuel Dieryck (@IBÁÑYCK)

«Desde que ha empezado el año no paro de ver ‘propósitos lectores’, ‘retos de lectura’, ‘pronósticos de libros leídos’… Y en todos los casos solo se habla de cantidad. Solo quiero recordaros que la lectura no debería ser cuestión de eficiencia, no debería medirse (o, al menos, no exclusivamente) en términos de cantidad —leer 50 o más libros al año está muy bien, pero si tu situación solo te permite cinco o si prefieres dedicar tu tiempo también a otras disciplinas, está bien. Me parece que son formas que pueden motivar a muchos lectores, pero ver únicamente este tipo de discursos provoca que personas que no tienen tanto tiempo, ganas, pretensiones o recursos para leer cada año el doble de libros que el anterior se sientan ‘malas lectoras’. Propongo un recordatorio fundamental: no dejemos que los números contaminen el placer de la lectura. Disfrutad del diálogo con los escritores, disfrutad del silencio, del rato dedicado a hacer lo que te gusta en vez de pensar en que tienes que ser productivo. Leer es vivir y, quizás, es de las únicas formas de vivir que ralentiza nuestro presente».

Ojalá pudiéramos escribir un manifiesto por la lectura como el libro estupendo que ha publicado Irene Vallejo (y que recomiendo) en Siruela: Manifiesto por la lectura. Pero, en su lugar, os animamos a que vayáis a las librerías y a las bibliotecas y, sobre todo, disfrutéis con salud todos los libros que este 2023 nos deje leer.

Inés Martínez García
Periodista especializada en cultura (Universidad Rey Juan Carlos). Directora editorial de Libero y escritora. Es directora de comunicación en Dykinson y codirectora de Encuentros Dykinson. www.liberoeditorial.com @srta_agnes

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí