Hablamos con Raquel Bada, periodista cultural y editora de Bamba, por el Día de las Escritoras
El proyecto de Raquel, que comenzó como una revista digital sobre
mujeres de ayer y de hoy en las artes (bambamag), ha dado el
salto al papel con Bamba Editorial. Una de las editoriales de la actualidad que publica exclusivamente a mujeres conocidas –y no tanto– en el mundo de las artes y la cultura.
En palabras de Ana Santos Aramburo, exdirectora de la BNE, hoy «recuperamos la palabra de mujeres escritoras que en sus textos reflejan sentimientos, búsquedas y luchas. Mujeres valientes cuya obra, en muchas ocasiones, ha sido ignorada. Rescatar hoy su voz es un acto de justicia y reconocimiento hacia todas ellas». ¿Es la edición un acto de honradez o hay más tipos de justicia detrás de la escritura y la edición?
Ese acto de reivindicación que mencionas, de hacer emerger las voces que han sido silenciadas, es lo que impulsa a Bamba Editorial. Por supuesto ocupar un lugar como editoras o divulgadoras hoy, sería impensable en el contexto social que vivieron muchas de las autoras que rescatamos. La reivindicación es constante, no solo por lo que publicamos, sino también por cómo lo hacemos y qué elegimos valorar. El proceso de edición implica decisiones conscientes: sobre qué queremos escribir, qué historias contar, y cómo cuidar el legado literario.
Además, la cercanía y el esmero de las editoriales pequeñas, el ritmo pausado de publicación y la valoración del libro como objeto son aspectos fundamentales. Detrás de la edición hay mucho; es un mundo complejo y creo que tan ajeno para quienes no están en él. La edición no solo es una labor de honradez hacia las escritoras, sino también hacia las lectoras, al ofrecerles una oportunidad de leer a estas brillantes voces olvidadas.
La vida de la escritora y del escritor siempre se ha asociado a la soledad, ¿es también la vida de la editora un camino en solitario? ¿Qué te hace sentir la curaduría de textos?
Para mí, existe un peso añadido a esa soledad, que es el de trabajar con legados. Legados literarios de autoras brillantes que se encontraron con más de una traba no sólo en vida, con el ninguneo de sus trabajos, si no en muerte, por la falta de una preservación mejor, o la falta. Creo que sentir que estás aportando algo a esto, aunque sea desde un lugar pequeño, ayuda en esos momentos de dudas, crisis, y flaqueos.
Por otro, el poder trabajar muy íntimamente con mis compañeras, que también son amigas, Laura Baufalc, Lucía Navarro Pla o Cristina Portela. También con traductoras. Compartimos sensibilidades, y una compresión absoluta por lo que mueve a bamba editorial como proyecto.
Elena Quiroga, Elena Garro, Zelda Fitzgerald, Sylvia Plath y H.D son los nombres de las mujeres Bamba hasta el momento. ¿Qué diálogos se han formado entre ellas tras la publicación de sus obras y biografías en la editorial?
Diría que a todas ellas las une un profundo hilo de silencios. El silencio no solo aparece en sus obras como un tema recurrente, sino que también actúa como un protagonista más, un vínculo sutil que conecta a estas autoras, a pesar de provenir de épocas, corrientes y contextos culturales tan diversos. Además, comparten un fuerte anclaje en la infancia. En obras como Tristura, Julia, El Don, ha sido revelador y casi mágico descubrir cómo estas escritoras no logran desprenderse de ese territorio infantil, utilizando sus novelas como vehículos sanadores o de inspiración. Es emocionante, en clubes de lectura, presentaciones o incluso en redes sociales, escuchar a las lectoras identificar estos hilos comunes, encontrar esas conexiones veladas con ellas, algunos de los cuales ni siquiera habíamos percibido.
¿Cómo se ha gestionado desde la editorial el rastreo y la comunicación con los herederos de las autoras publicadas? Háblanos de esa cara oscura de los derechos intelectuales y de propiedad.
Bueno, creo que te enfrentas como editora a situaciones que ni enseñan ni cuentan en ningún máster. Como editorial nueva e independiente tienes que poner en valor tu trabajo una y otra vez. Además, como comentaba antes, cuando hablamos de autoras ese maltrato hacia la obra no acontece solo en vida, continúa después. A veces las obras no caen en las manos adecuadas y otras en ninguna, lo que supone un bloqueo total para poder publicarlas.
Tienes una clara faceta de escritora, pero no hemos visto actualmente nada escrito o publicado por ti: ¿Cómo gestionas la escritura propia con la escritura ajena?
Siendo sincera, todavía no he podido gestionarla, por lo menos aún. Cuando que arranqué con Bamba Editorial, mi escritura se paralizó, especialmente en ese primer año (2022). Poco a poco va retomándose. Admiro profundamente compañeros editores y editoras que compaginan tanto (trabajos periodísticos, poesía, ficciones). Ojalá aprender como ellas a conciliar la escritura propia con todo lo demás.